viernes, 17 de septiembre de 2010

Loza tipo Talavera. Serie tricolor.

La identificación de la serie tricolor no presenta ningún tipo de duda ya que lo que caracteriza a la serie es el uso de tres colores: el azul, naranja y morado.

Si plantea más dudas el identificar el alfar de procedencia ya que, debido a su éxito y aceptación, fue imitada en otros alfares españoles como Puente del Arzobispo, Sevilla, Toledo, Úbeda y en los alfares aragoneses... y ante la falta de un análisis de laboratorio que atribuya las pastas a un alfar u otro, todos estos centros se presentan como posibles candidatos.

Sólo un estudio comparativo de las decoraciones y su manera de ejecutarlas, el aspecto del vidriado y el color de las pastas nos permiten intentar atribuir estas producciones, en el caso de Santiago, a Talavera-Puente, las de pasta rosada y vidriado de calidad o Sevilla, las de pasta amarillenta. Además la presencia de otras producciones atribuidas con seguridad a Sevilla nos permite pensar que probablemente llegasen también a Santiago piezas de la serie tricolor producidas alli.

Por todo ello al hablar de este tipo de loza la denominamos tipo Talavera, ya que Talavera fue apelativo de este tipo de loza y porque independientemente de su lugar de fabricación, los perfiles de las piezas y los motivos decorativos son similares a la producción talaverana.

Dentro de la serie tricolor las piezas decoradas con el motivo de la conocida como orla castellana colocada en el borde de platos o cuencos a modo de cenefa (rombos naranjas cruzados por aspas, “eses” alargadas y tumbadas en azul y “uves” en manganeso), fueron las piezas más repetidas aunque el motivo central que decoró el fondo del plato fue muy variado.

Entre los fragmentos de fondos de plato podemos destacar algunos que por su tamaño nos permiten identificar el motivo decorativo. Pertenecientes a la serie tricolor utilizan los tres colores como es habitual, es decir, el azul para el relleno de las figuras, el rayado naranja y el morado de manganeso para los contornos. Probablemente algunos de estos fragmentos de fondo de plato llevarían en el borde la orla castellana. Todos los fondos son planos con repié y las pastas amarillentas.

Uno de los fragmentos es un fondo plano de plato con repié que estaría decorado con una zancuda dentro de un tondo azul y en el borde del plato la orla castellana.
Otros dos fragmentos que probablemente pertenezcan al mismo plato fondo de plato estarían decorados con un león o animal fantástico (cabeza de león y garras de águila) que ocuparía todo el plato y probablemente no llevaría la orla castellana en el borde.


Otro motivo típico del fondo de estos platos son los temas vegetales inscritos dentro de un círculo o tondo en azul. Hay dos fragmentos con esta decoración aunque uno de ellos es más interesante al estar decorado al exterior en azul y morado con motivos vegetales. La pasta de este fragmento tiene una ligera tonalidad rosada por lo que es probable que su origen sea talaverano. La forma es la típica de los platos de sta serie, de fondo plano con repié.

Otros fragmentos no nos permiten reconocer la decoración con claridad. Uno de ellos puede tratarse de una figura con yelmo de lansquenete similar a un fragmento encontrado en Talavera y otro puede tratarse de una figura alada.


Hay unos fragmentos que se corresponden con el tipo de ala plana de plato decorado con temas florales y vegetales que se repiten rítmicamente en el borde del plato invadiendo parte del cuerpo del plato y pudiendo tener como decoración del centro del plato algunos de los temas citados anteriormente (zancuda, animal fantástico…).


Además de fondos y alas de platos también hay fragmentos de recipiente tipo jarra decorados con temas vegetales. Proceden de la Casa del Deán donde también apareció también un fragmento de asa rectangular de sección semicircular, asa típica de las jarras de pico de la serie tricolor,  decorada en azul y morado.

jueves, 2 de septiembre de 2010

Serie de imitación de Delf

Los Países Bajos, y sobre todo Delf, jugaron un papel importante en la difusión por Europa de las porcelanas chinas, tanto de las imitaciones que ellos realizaron de estas porcelanas como de las importadas de ese país. Esto explica el nombre que recibe esta serie, de “influencia” o “imitación” de Delf.

Las labores decoradas con estos temas de influencia china se producen desde finales del XVI a finales del XVII. Pleguezuelo propone que estas imitaciones se realizarían en primer lugar en Lisboa, a donde llegaban las porcelanas chinas en primer lugar, para pocos años después comenzar a producirse en Talavera y otros centros como, por ejemplo, Sevilla.

Es probable que las porcelanas chinas llegasen a nuestro país a través de Sevilla, donde también debió elaborarse una producción que imitaba a la porcelana china en su decoración. La “tercera ruta de la seda” llevaba pólvora, seda y porcelanas chinas desde Filipinas hasta Acapulco, donde parte del cargamento era enviado a España, entrando por el puerto de Sevilla.

El gusto por estas porcelanas chinas lleva a que ya desde mediados del XVI lleguen a competir en el mercado con las vajillas de plata, algo que se ve facilitado por la Pragmática contra el lujo del Duque de Lerma promulgada a principios del XVI que prohibe el uso de metales nobles. Sin embargo, el elevado costo de estas porcelanas las convierte en un producto de lujo al que sólo puede acceder una minoría. Las imitaciones portuguesas y talaveranas de la porcelana china que llega a Europa se presentan como una alternativa a un precio más económico y a las que puede acceder un mayor número de personas. Estas labores aparecen mencionadas en la documentación como loza de “pintura de la China”.

Todos los fragmentos de loza decorados con motivos que recuerdan a la porcelana china proceden de la excavación de la Casa del Deán. Pertenecen a platos de ala cóncava de labio apuntado y delimitada por arista con fondo plano con leve repié y cuencos de labio apuntado, cuerpo de paredes rectas y fondo plano. En general son fragmentos de gran tamaño por lo que permiten apreciar mejor la temática decorativa y el perfil de las piezas.

La tonalidad de la pasta no es la misma en todos los fragmentos lo que nos indica que son labores que no provienen de un único lugar de procedencia sino de alfares de diferentes lugares que utilizan una arcilla con diferentes características y diferentes tonalidades. Hay tres tonos de pasta diferentes, rojizos, rosados y amarillentos. Estas tonalidades nos llevan a pensar en, por lo menos, dos lugares de procedencia diferentes, Talavera para las pastas de tonalidad rosada y Sevilla para las de tonalidad amarillenta. Los vidriados son de calidad, de color blanco brillante y en general están sin cuartear.


Las decoraciones recuerdan a las de la porcelana china de la dinastía Ming, de hecho, algunos de los fragmentos de platos de porcelana de esta dinastía encontrados en la Casa del Deán tienen decoraciones similares a las de estos fragmentos (flores inscritas en un círculo en el reverso del plato y en el interior del plato motivos florales enmarcados en casetones). Son las mismas decoraciones de la porcelana china en color azul sobre cerámica, por lo que queda más que demostrada la influencia de estas porcelanas sobre la loza de nuestro país.


Entre todos los fragmentos destaca un pocillo o jícara, prácticamente completo, y el fondo de un plato. Este tipo de pocillo, de labio puntado y fondo plano que normalmente carece se asas, está decorado con motivos vegetales y pequeñas mariposas, tema frecuente en la porcelana china. La forma es similar a las tazas de té chinas y es un tipo de recipiente fabricado en España y atribuido al siglo XVIII. Hay además otros fragmentos que se pueden atribuir también a recipientes tipo pocillos, uno de ellos vidriado en azul claro y con decoración de tipo vegetal en azul. Los otros fragmentos son de pequeño tamaño lo que no impide identificarlos como pertenecientes al cuerpo y fondo con repié de diferentes pocillos con un perfil similar al anterior. Por el color de la pasta es posible que se trate de producciones sevillanas que imitan la decoración y la forma de la porcelana china pero anterior al siglo XVIII, es decir, del XVII ya que imita la decoración de la porcelana de la dinastía Ming del período Wan-Li (1573-1619) del siglo XVII. Es lógico pensar en una imitación casi inmediata y teniendo en cuenta la fama y aceptación de la que gozaban se imitasen en nuestro país, donde los hallazgos de las excavaciones prueban la llegada de estas porcelanas, para competir en precio con las caras porcelanas a las que sólo podía acceder un grupo determinado de personas.


En el fondo de plato está representada una figura humana de pie entre un paisaje de elementos vegetales que recuerda también a la decoración de las porcelanas chinas. Realizado sólo en azul es probable que pertenezcan a este mismo plato los numerosos fragmentos de alas de plato decorados también a imitación de las porcelanas chinas y con el mismo color de pasta.